¿No puedo estar sola? Carajo ¬¬ {Candy Joy}

Acaricié la melena del leon, arrodillandome un poco para revisarlo que se enonctrara en buenas condiciones y no estuviera de ninguna forma debil o enfermo, con eso de que los cuidaban taaaan bien... aun recordaba el pobre elefante muerto de sed. Detestaba que se hicieran de la vista gorda con los animales, ya habalaría con esos cuidadores para ir a darles unos buenos golpes a la otra que un animalillo se encontrara mal.

—¿Todo bien?—pregunté al leoé.

Era una león grande, hermoso, con una melena muy suave y poderosas garras, a todos les asustaba, pero eso sería porque no intentaban agradarle al león, lo veían simplemente como una bestia, de donde sacar dinero, no como la criatura de la naturaleza que realemente era, una de las criaturas más majestuosas en la Tierra. Yo lo veía como el Rey de los animales, me identificaba un poco con él, mantener el control, tener tu propio lugar, ser alto,orgulloso e independiente, si, los leones estaban entre mis cristuras favoritas.

Asintió, rugiendo un poco, de forma cariñosa, lo que se tradujo como un "si, Adni".

El lugar estaba vacío, entonces, aproveché para practicar un poco, para desaburrirme y que los animales se desentumieran.

Bueno hacia un lindo dia y habia decidido ir a ensayar ese pinche movimiento de la luna nueva... No se como se nos habia ocurrido plantearlo, la temporada de presentaciones se acercaba de nuevo y no habiamos logrado pulir la rutina correctamente lo cual me sacaba un poco de quicio.

Entre en la arena muy tranquilamente cuando escuche un rugido y me volvi d eun brinco no habia notado que habia alguien mas ensayando hasta que vi a el leon gigante mirandome de una manera extraña.
Mire a mi alrededor buscando a el domador hasta que me encontre con la chica delgada y visualmente fragil que habia dejado a todos boquiabiertos la primera vez que vino y controlo una bestia.
hola Ariadne, como estas? - dije con un hilo de voz mientras avanzaba sin hacer ningun movimiento brusco a buscar mis telas.

Le rugió a alguien, me miró a los ojos, los suyos eran de un café más intensos a los mios, dijo, un poco indiferente pero no necesariamente feliz "Hay alguien más aqui". Giré la cabeza, para ver quien estaría, tal vez, se trataba de otro domador, un domador que no le agradara a mi león y por eso su actutud un poco fría, pero no. No se trataba de ningun domador, los domadores que teníamos ya tiempo, cuidabamos a los animales y estos a nosotros, pero los que no eran domadores, pocas o ningunas veces se acercaban a crear un lazo con los animales del circo.

Se tratab de Candy, una acrobata o que sé yo. Iba hacia las telas, sonreí, divertida por su extremoso cuidado con el que caminaba al ver a mi buen amigo el león:—Hola, Candy—no me agradaba mucho su nombre, me sonaba algo emplagoso, pero contra ella no tenía nada, llevabamos un largo tiempo las dos aqui, en el circo. No eramos en si mejores amigas, pero tampoco enemigas. Me iba y venía su existencia.

—¿También ensayaras?—pregunté, levantandome, el león se dejó caer sobre su estómago, esperando a que iniciara con la practica,

Cuando llegue jale la cuerda atada a un poste cercano para dejar caer mi tela, la escuche saludandome, le dirigi una sonrisa amigable meitras revisaba que la tela estuviera firmemente atada y no tuviera ningun agujero o estuviera rasgada o dañada de alguna manera.
La mire de nuevo cuando realizo su siguiente pregunta, y le sonrei amablemente preferia que se me entumiera el rostro a crearme problemas con las personas aca en el circo.
Pues si, teia planeado hacerlo... espero no te moleste -le dije mientras dejaba mi bolsa en la banca que habia cerca de ahi para empezar a empolvarme los pies.
Despues d eunos momentos una duda surgio en mi, y la mire de nuevo a ella y a su leon.
Ese no es Goliat cierto? - Goliat era el leon de Hannibal, supongo que era el que me conocia un poco mas, pero ese leon ahi de panza en la arena no me sonaba familiar, no habia tratado con el y podia sentir que me consideraba una desconocida que venia a molestar.

—No, se llama Eros—respondí a su duda, sonriendo hacia mi león. Los únicos que veian mi sonrisa eran los animales, las únicos en observar una sonrisa real y no falsa, si, amaba a esas criaturas, eran lo mejor que haia en este mundo plagado de oscuridad y los cuidaba demasiado, aunque me daba risa ver como les temian muchas personas. No habia incomodidad siempre y cuando no se atrevieran a hacerles ningun daño o se las verían conmigo.

—Tranquilo—susurré al león, para que no se comiera a Candy, bueno, no se la comería, no le agradabn mucho las acrobatas, aparte, era un buen león, en ningun momento se comportaba agresivo mientras nadie lo molestara. Los animales eran mejor a los humanos.

Me quedé callada un rato, para luego responder a su comentario inicial:—No, no me molesta—observé a Eros—creo que tampoco a él.

Asenti sabia que por lo menos podia distinguir un poco entre leones, le sonrei, era un lindo leon, suponia yo que tal vez era por que Goliat era mas... antiguo.
Es un lindo nombre-admiti, era un buen nombre artistico, sonrei antes las ideas que se me venian a las mente.
Luego sus siguientes palabras me calmron un poco, no me gustaba importunar a otros en sus ensayos, ya que sabia lo molesto que podria resultar estar uno todo molesto, fustrado y sudado y que llegue alguien con una sonrisa estupida a arruinarte mas el dia.
Le sonrei a ambos.
Maravilloso, no queria importunar... Asi de paso si no es mucha molestia... Podrian ayudarme, con algo nuevo que habia estado planeando-les solte con una sonrisa un poco complice, me habian negado poder hacer el truco por que era peligroso pero poco me importaba lo que los otros dijeran, en mi momento de actuar, todo lo que hacia era un riesgo, y no podia sacarme esa idea de la cabeza.

Acaricié a Eros, estaba arrodillada a su lado, él seguía echado sobre su cuerpo, con una expresión de aburrimiento pero felicidad ante mis caricias a su melena, me recargué en ella...era suave, mejor a cualuqier almohada que pudiese existir, le sonreí, besandole la melena castaña-dorada. Oh, si, era de los mejores leones que pudiesen existir.

La verdad, yo no le puse el nombre. Él lo había escogido y me lo dijo en una ocasion, cuando comenzamos a trabajar juntos los dos, era de mis mejores amigos. Si, no me daba vergüenza ser amiga de animales, eran más leales a las personas y menos torpes. Eran de las criaturas más inteligentes, yo defendía con la vida a mis animales, eso les quedaba claro a quien quiera que me conociera: —Le agrada su nombre—dije, simplemente.

Nos sonrió, no me quedaba de otra más que aceptar su compañía y compartir la arena. No eta yo mucho de estar con gente, pero, bueno, Candy no era tan desagradable, quiza, demasiado entusiasta para mi propio gusto, pero no podía cambiar a la gente. Si yo no quería cambiar, no le pediría que cambiara a ella. Me levanté ante su propuesta de ayudarle, de todos modos Eros y yo ya habíamos ensayado y no tenía problemas a la hora de presentarme: —¿Cómo?—pregunté, volteé a Eros, para ver si él tenía algun inconveniente, pero no le incómodo tampoco.



Off: perdón la tardanza...yo juraría que si respondí CX

Sonrei justo lo que esperaba con ansias una respuesta positiva de su parte.
Los mire con un poco de complicidad, y busque las palabras con las cuales explicar que era lo que queria hacer, no era bueno hablando de eso estaba conciente y por eso me empeñaba tato en dar una explicacion certera.
Bueno, es que hace unos dias se me vino a la cabeza una acrobacia, es basicamente muchos movimientos complicados en la tela, y luego caer hacia las fauces de un leon... Tendria que medir la distancia para parar en seco antes de tocar su boca, sin golpearlo, sin golpearme y volver a subir.-les dije, conforme hablaba sentia que mis voz tomaba un tono, como si estuviera planeando matar a alguien.
Tal vez tenia una expresion de psicopata aterradora o la de una chica extraña, no importaba ese truco le robaria el aliento en esta temporada a todos los visitantes.
Mire a la chica, y al leon esperando ver alguna resúesta de su parte supongo que a ella no le importaria mucho hacer un truco que arriesgara la vida de otros, pero queria saber que el leon no brincaria a morderme.

Sonreí cuando explicó las cosas. El riesgo no sería golpearse, el riesgo era que a Eros no le diera hambre, pensé, para mi misma. Un pequeño chiste único que compartiría con mi agradable león. A quien le acaricié la melena, pensando en la posibilidad de que se la comiera -algo cruel-, pero, bueno, divertido desde el punto de vista de un domador...aunque, no, luego regañarían a mi precioso león.

Con todo eso en la cabeza, asentí, aun divertida con la idea. Aunque, ya entendía lo que esperaba que yo hiciera; decirle a Eros que no se la comiera.

Eros disfrutaba de la buena comida, no iba a morderla. Sonreí hacia mi león, sin dejar de acariciarlo, observé a Candy, tranquila, casi creí que leería mi mente, porque estás ideas estaban escritas en mi frente o mirar, de lo mucho que le di vueltas, imaginandolo: —No te hará daño—afirmé, volteando a ver al león, para que él me lo confirmara.

Sonrei ante sus palabras -Estoy segura que no, has hechjo un gran trabajo es un leon maravilloso-le dije con una sonrisa mientras miraba a el hermoso animal acostado perezosamente -Quiero asegurarme que no se enojara conmigo si ensayando lo golpeo-termine de decir timidamente.
Cabia la posibilidad de que me cayera o no midiera bien y lo golpeara, me imaginaba todo mi peso abalanzandose hacia su cabeza y me daba un pesar gigante.
Trague saliva y luego sonrei de nuevo, solo pensar en lograr efectuar este acto me erizaba la piel.
Respire profundo y acomode un poco mas las telas, envolvi mi pierna derecha en ellas mientras los miraba con una sonrisa juguetona.